Según las datos del Instituto Nacional de Estadística, el 25% de los hogares que existen en España son unipersonales, es decir, habitados por personas que viven solas. Además, los mayores de 65 años que viven en estas condiciones son ya un millón y medio.
Estas circunstancias son las más buscadas por los ladrones de viviendas, que buscan hogares deshabitados o con inquilinos débiles y desprotegidos. Igualmente, corren un mayor riesgo ante situaciones de emergencia provocados por despistes; inundaciones, fuego, etc. y, en caso de padecer algún problema de salud, la soledad puede convertirse en un problema letal.
A continuación os dejamos algunas ideas y consejos para aquellas personas que viven en viviendas unipersonales y que se encuentra en una situación de vulnerabilidad.
Cerrojo con cadena de seguridad: La instalación de un cerrojo es una solución rápida, sencilla y económica que contribuye a la seguridad en el punto de acceso natural a una vivienda. Además, por sí sólo suele constituirse como un elemento disuasorio. Es fácil, si tu puerta tiene cerrojo y la de al lado no, ¿a cuál irá el ladrón?
Sin embargo, es una práctica muy común entre los delincuentes hacerse pasar por comerciales de luz, gas, agua, etc. o por personas que intentan hacerse pasar por una vieja amistad de la que no tienes recuerdo. Es lógico que en un momento dado tengamos que abrir la puerta, pero si contamos con un cerrojo que incorpore una cadena de seguridad, será mucho más seguro.
Detector de humos: La memoria falla con la edad y los despistes se incrementan, pero dejar el fuego encendido en la cocina es algo que nos puede pasar a cualquiera. Aunque es poco habitual encontrarlos, es imprescindible colocar un detector de humos en el techo. Existen dispositivos portátiles muy fáciles de instalar.
Sistema de alarma: Actualmente los sistemas de alarma van un paso más allá, y son capaces incluso de prever la intrusión incluso antes de que se produzca. Especialmente útil no sólo para cuando te encuentras fuera de la vivienda, sino también en las horas de sueño. Además, existen mecanismo anti-pánico que, con sólo un boto, puedes hacer saltar la alarma en caso de sentirte amenazado.
Mirilla electrónica: Especialmente para las personas mayores, que a menudo les cuesta alcanzar a la mirilla o ver correctamente, las mirillas electrónicas proporcionan una visión mucho más clara y ampliada de quién se encuentra al otro lado de la puerta. Además, desde el exterior impide cualquier tipo de visión del interior de tu casa.
Botón de emergencia: Muchas comunidades autónomas y ayuntamientos presetan un servicio de atención a personas dependientes. Según su nivel de dependencia, la administración les concede un collar con un botón que sólo necesita ser apretado para contactar con los servicios sociales o de emergencia.
Estos consejos de seguridad, especialmente los relacionados con la cerrajería son fundamentales en hogares unipersonales. A menudo, en estos casos nos encontramos con puertas bloqueadas por sillas o muebles y acceder a la vivienda se convierte en toda una pelea contra el tiempo en caso de que se esté actuando frente a una emergencia.